No sé cuantos de los fanáticos de Alice in Chains no aceptan la existencia de la nueva formación de la banda, pues no admiten, como si fuera una especie de herejía, que Layne Staley no esté más en la banda. Bueno esta banda que se hace llamar Alice in Chains, que suena como Alice in Chains, y que tiene como integrantes a miembros de Alice in Chains, que creó una escuela que ha sido imitada por muchos en el todo el mundo, ha publicado otro álbum digno de estar a la altura del resto. Y a pesar que la dirección del disco es distinta a todas las anteriores producciones de esta banda que se hace llamar Alice in Chains, incluyendo el "Black Gives Way To Blue", siguen sonando como nadie en el mundo... eso es Alice in Chains.
La gente que no acepta la muerte de Layne (y que se suma a la muerte de Mike Starr, fallecido el 2011) no comprende que efectivamente, la banda murió... pero luego resucitó. Y de esta manera, es donde aparece el álbum "The Devil Put Dinosaurs Here". Simplemente, este nuevo disco marca una evolución en la banda, tan necesaria en el mundo artístico. Y este sólo es un nuevo capítulo en el libro de Alice in Chains, sólo es eso... que se está escribiendo todos los días, con muchas páginas aun en blanco. Si bien el "Black Gives Way To Blue" marcó una transición a algo nuevo, el "The Devil Put Dinosaurs Here" es un disco que viene a reafirmar la seguridad que tienen, dando pasos más firmes, y eso los ha llevado a experimentar en nuevas rutas. Caminan sobre seguro, en una ruta construida con su talento, su coraje y sus deseos de tocar juntos, con dinámicas ya conocidas y trabajadas.
La primera canción del álbum es "Hollow", que tiene un inicio demoledor, poderoso, estruendoso, mostrando todas las credenciales clásicas de Alice... con una guitarra de Jerry Cantrell muy afilada y muy, pero muy pesada, que es acompañada por la guitarra rítmica de William DuVall, las cuales siguen el ritmo de la batería de Sean Kinney. Es una canción bastante pesada, que sin embargo, luego baja un poco las revoluciones... sin dejar de ser una canción pesada, que se arrastra. Y luego, vuelven a la carga las guitarras, sin dejar de machacar en ningún momento. Hay un solo de guitarra de Cantrell realmente memorable. Fue una muy buena elección para abrir el disco. Sean Kinney y Mike Inez se lucen demostrando que forman parte de una de las agrupaciones que tocan una de las secciones rítmicas más pesadas del hard rock. Y el sello ya clásico de Alice in Chains, se hace presente, con unas magníficas armonías vocales, que se mantienen casi durante toda la canción, salvo cuando DuVall canta la parte final de la frase "Silence, so loud / Silence, I can’t tell my up from down". Se detectan varias capas vocales, tanto en primer plano, como en el fondo. En cuanto a la lírica, fue escrita por Jerry Cantrell y tiene un montón de frases un tanto crípticas, pero también autolacerantes, tales como la anteriormente citada, que nos lleva a una situación de aislamiento, cuando sólo domina el silencio, tanto que podemos oírlo.
Alice in Chains nos demuestra que todos los colores se pueden volver grises, lo cual es significativo, quizás ya pensando en esta nueva propuesta como banda. Ese gris sigue siendo sucio, oscuro, pero parte de una nueva etapa de Alice in Chains.
La segunda canción es "Pretty Done", que puede parecer una especie de continuación de "Hollow", pues va en la misma línea sonora, pero quizás es un poco más rítmica y que en ningún momento baja su velocidad. Es de esas canciones que invitan a cabecear y a cabecear. Las armonías vocales Cantrell/DuVall saludan a la bandera de la forma acostumbrada, como sólo Alice in Chains lo hace, de manera fantasmal. Nuevamente la sonoridad se sustenta en la densidad de las guitarras y de la batería, armónicamente seguidas por el bajo de Mike Inez. Hay notables intervenciones de Cantrell con su guitarra, que vienen a sazonar un poco más la canción. Esta canción también fue escrita por Jerry Cantrell. Contiene una lírica bastante peculiar, algo sarcástica.
El tercer track es "Stone", que nació de la mente de Jerry Cantrell. Nació en plena etapa de recuperación de Cantrell, aún convaleciente de su operación en el hombro, y por ende, aún no podía tocar la guitarra, así que a través de un mensaje de voz de su iPhone, le hizo saber al resto como era el riff de guitarra... tarareando. Así contó Mike Inez cómo surgió: "[Jerry Cantrell] se operó el hombro y escribió "Stone", cantando los riffs de guitarra en su iPhone! Fue algo increíble de ver." Es otra canción pesada como una gran piedra que se debe mover a través de un suelo pedregoso y árido, que no por eso deja de tener un ritmo accesible, con las guitarras pesadas ya acostumbradas por parte de Cantrell y DuVall, y con el solo infaltable del primero, que le pone más pimienta a esta canción. Mención más que merecida para las tremendas líneas de bajo de Mike Inez. Hay algo muy interesante en esta canción, pues en el juego ya clásico de las voces duales, marca registrada de la "casa Alice in Chains", las voces de DuVall y Cantrell nacen en los extremos de los versos, y se fusionan en el coro de la canción, como en una especie de sistema de turnos vocales muy bien estructurados.
El cuarto track del álbum tiene un giro sonoro radical. "Voices" invita a reflexionar un poco más, a bajar las revoluciones que llevaba el disco hasta este momento. Es una canción que nuevamente fue creada completamente por Jerry Cantrell, que asombra con su comienzo que tiene algo inquietante, pero también algo familiar, casi espectral... Jerry comienza cantando, y luego lo sigue William, y cuyas armonías vocales aparecen en el momento adecuado, pero siempre girando como un remolino alrededor de la voz que cuenta la historia. Ambas guitarras, como también el bajo están muy bien logrados aquí, logrando evocar un poco el espíritu sureño country que lleva Jerry en su ADN. Esta un gran canción, a la que hay que darle varias veces play.
La canción que sigue es la que le da el nombre al disco: "The Devil Put Dinosaurs Here". Otra canción bastante oscura, muy arrastrada, que se mueve sinuosamente sobre el fango... o mejor dicho, me imagino a una serpiente, esa misma de la manzana y del Jardín del Edén, que se pasea pecaminosamente sobre huesos de dinosaurios. Tiene un sonido fantasmal y denso, que llena todo el ambiente que sólo Alice in Chains sabe crear, y esto se debe básicamente, en este caso, al potente sonido de guitarra, y al juego de armonías vocales. Esta canción es una ácida y mordaz sátira, de carácter conspirativo, al sistema de creencias que se basa en la teoría del Creacionismo, ideas que están contenidas en La Biblia cristiana.
La canción número 6 del álbum es "Lab Monkey" se inicia con el sonido del bajo de Mike Inez, que amenaza con esta muy densa y pesada canción. Liderada por la guitarra y voz de Jerry Cantrell, la canción asume una lúgubre continuidad, que contiene notables intervenciones vocales de William, para alzar la voz y para crear las armonías vocales algo electrificadas. Hay un gran solo de guitarra, que sin ser ostentoso, pone la cuota épica necesaria en esta canción. Nuevamente Sean Kinney y Mike son capaces de llevar notablemente la melodía de está canción.
Es claustrofóbica, como la sensación que deben tener los monos de laboratorio, que están esperando que los humanos experimenten en ellos.
El track 7 es "Low Ceiling". Esta es quizás una de las canción más melódica de todo el álbum. Aparentemente más alegre y edificante... pero no se dejen engañar... Alice in Chains son los maestros en crear algo bello a partir de tópicos oscuros: Nuevamente Jerry Cantrell aparece en gloria y majestad como compositor y letrista completo, traspasando sus temores claustrofóbicos a través de esta canción, como lo hizo en muchas canciones de su álbum en solitario del 2002 "Degradation Trip". Las elucubraciones están a la orden del día: "I’m too big or this room’s too small / Why’s my ceiling another’s floor?". Otro solo de guitarra de Cantrell. Aquí hay un buen trabajo de Sean Kinney, digno de acotar.
El track 10 nos amenaza con "Phantom Limb", una de la canciones más pesadas de todo el disco, que fue creada por todos los miembros de la banda en conjunto. Para mi, es la mejor... (sobre todo si en mi ADN está muy presente la vertiente metal). Hay una distorsión de guitarras, que pareciera que nace desde una laguna llena de fango y viscosidad, que nos quiere atrapar. Aquí el liderazgo lo tiene William DuVall, tanto en la guitarra, como en la voz. Apoyado de gran manera por Jerry Cantrell, quien con sus riffs le da un cierto toque épico. Y también toca (otra vez) un memorable solo de guitarra. Esta canción nos atrapa, nos asfixia, como esa viscosidad que aparece de una laguna y nos arrastra, aunque luchemos, nos lleva. El ambiente creado por la banda se exacerba en los coros, con esa distorsión fantasmal en las voces...
Y disco sigue, con la enigmática "Hung On A Hook", quien tiene a William DuVall como voz principal. Esta canción me recuerda mucho a alguno de sus trabajos con Comes With The Fall. No es fácil de digerir a la primera. Hay un tremendo trabajo vocal de William, en distintos niveles, a veces casi suaves susurros y en otras ocasiones, cantando con gran fuerza, sintiéndose firmemente apoyado en los ritmos hipnóticos que salen de las guitarras. Poco a poco, la fuerza de la canción comienza a crecer, pero sin dejar de tocar esa fibra íntima que nos deja indefensos. Nuevamente, esta banda toma elementos oscuros y fracturados de la vida, para transformarlos en las más bellas melodías, y en este caso, sentimentales y honestas canciones. Brutalmente honestas. Es realmente inquietante la letra esta canción, oscura, llena de pensamientos muy retorcidos, de aquel personaje que se está mirando al frente de un espejo, y que ve un rostro y también proyecta eso en la persona en que se ha convertido, y no la desea... quiere acabar con ella.
Y el álbum cierra con "Choke", que parece que nos viene a calmar todos esos pensamiento oscuros que nos venía persiguiendo en las canciones anteriores. Gran trabajo vocal en el dúo Cantrell/DuVall, que ya terminando está reseña, en su análisis global, se puede decir que está absolutamente consolidado, y se mueven en todos lo terrenos, cantando uno primero, luego el otro, se juntan, juegan cómodamente con sus voces a sus anchas. Esa gran complicidad no es azarosa, sino que fue algo que por supuesto, el destino lo determinó, pero que fue fruto del trabajo honesto y de la gran amistad que fue aumentando con el tiempo, y sobre todo, del crecimiento como banda orgánica, todo lo cual desembocó en grandes trabajos vocales, como en "Choke". Jerry Cantrell haciendo lo que mejor sabe hacer con su guitarra, de manera notable, pero sin ostentar su talento natural, sino que lo pone al servicio de la banda.
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